Un poco de arte plástico-representativo en un colegio frío, sistemático y lleno de números, que predica la inconsciencia consumista, me parece que le venía bien...
En cada recreo, durante las horas libres, y las que no, también, Jebú dibujó y dibujó, provocando el enojo de preceptores, de los de limpieza, profes y demás... (¡ñaca, ñaca!)
Algunos testigos indican que el tiempo invertido en dibujar, escribir y mirar los pajaritos sobrevolar la infraestructura del colegio, fueron clave para que a fin de año, el boletín estudiantil, indique una cantidad elevada de materias para rendir... :$
(¿"Quién me quita lo bailado"?)
Acá están algunos que llegué a sacarles foto sin que me amonesten. :)
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